A través de un comunicado prensa los clubes de fútbol aficionado del país dieron a conocer el nombre y los objetivos de la organización que los agremia de ahora en adelante: la Asociación Colombiana de Clubes de Fútbol Aficionado (ACCFA).
Según el documento esta nueva institución pretende, además de tener voz y voto en la Federación Colombiana de Fútbol, modificar el sistema que actualmente rige el profesionalismo en el país:
“La organización tendrá entre otros propósitos propender por los derechos y estatus que merecen los clubes del fútbol base en Colombia, pero también proponer un mecanismo para el sistema de ascensos y descensos desde el fútbol aficionado; es decir, que se “reactive” y resurja la “Primera C” e incluso un proyecto de mayor alcance como en Brasil, Argentina, España o Inglaterra”, apunta el comunicado.
Para conseguir su objetivo la ACCFA, que ya se registró legalmente en Cámara y Comercio, se apoyará en los estatutos modelo de FIFA de 2005. Este reglamento indica que la Federación debe tomar decisiones en conjunto con la agremiación de clubes aficionados y no solo con los clubes profesionales, como ocurre actualmente.
La aparición de ACCFA en un momento en el que el fútbol profesional colombiano demanda profundos cambios institucionales y dirigenciales, revive la discusión sobre la necesidad de tener (y reconocer) categorías diferentes a la Primera y Segunda División.
La Primera C no es algo nuevo en el panorama del fútbol local. En 1991 la tercera división se creó a la par de la categoría Primera B y en su momento fue organizada por la Difútbol. En esa tercera división jugaban tanto clubes aficionados de todo el país, divididos en zonas regionales, como equipos filiales de equipos de Primera A.
En aquel sistema de organización de los años noventa el campeón de la Primera C, a no ser que fuera un equipo filial, obtenía el ascenso a Primera B. Por ejemplo, el primer campeón de la categoría fue Millonarios, pero por ser filial de un equipo de primera división, el cupo en la B se lo quedó Deportes Dinastía del departamento de Caldas.
Sin embargo, los problemas para la jóven (y sin poder) Primera C aparecieron en 1999. Los clubes profesionales afiliados a Dimayor, es decir Primera A y Primera B, no estaban de acuerdo con que el equipo que descendiera en la segunda categoría perdiera su estatus de club profesional y pasase a ser considerado amateur, por lo que División Mayor del Fútbol Colombiano terminó rompiendo su vínculo con Difutbol y la Primera C. Finalmente, y después de muchas disputas entre la rama profesional y la aficionada, en el año 2003 se jugó el último campeonato de tercera división que dio un cupo a la segunda categoría.
De ahí en adelante Difútbol continuó organizando el torneo, pero el hecho de no tener un incentivo real como lo era el ascenso, condenó a la Primera C a la desaparición en el año 2010. Cabe apuntar que equipos como Deportivo Pasto, La Equidad Seguros, Boyacá Chicó y Uniautónoma, hoy consolidados en el profesionalismo, hicieron todo el tránsito desde la tercera división hasta la A durante las casi dos décadas que esta se mantuvo activa.
¿Qué viene?
Los clubes, ahora agremiados en ACCFA, alegan una desprotección en cuanto a presupuesto e infraestructura tanto de la Federación Colombiana de Fútbol como de la Difútbol.
El objetivo de agremiarse formalmente es, según Andrés Felipe Guapacha, presidente de la naciente organización, “tener voz y voto en la FCF” ya que “este sector del deporte sustenta un importante componente para la provisión de jugadores al rentado nacional de Dimayor y selecciones Colombia, y está siendo desconocido por estas organizaciones”.
Seguramente el reclamo deberá ser escuchado, porque como lo da a entender el presidente Guapacha, los clubes amateur manejan algo importantísimo en la cadena del balompié nacional: el fútbol base y juvenil. Sin un manejo adecuado de los cimientos, o con un corto circuito entre aficionados y profesionalismo, la estructura en general sufrirá (más). Sin embargo, este no es el punto más importante en la actual agenda de la Federación y de la Dimayor, que entre escándalos por reventa de boletas y guerras directivas por dineros de la televisión, no han podido ni querido reactivar el FPC. De todas formas, ojo. ACCFA ya dio su primer aviso.