Por: Lorena Aristizábal Farah
Ha sido el tiempo más intenso, ambivalente, casi esquizofrénico de mi vida.
He amado a mi hija y he odiado ser madre.
He amado la maternidad y he odiado a esta sociedad individualista, adultocéntrica, niñefóbica.
Me he sentido infinitamente sola mientras reclamaba, aunque fuera, seis horas seguidas de soledad.
He gritado de sueño y he llorado de ternura.
He sido carne y sangre y leche.
He sido solo cuerpo y luego me he sentido expropiada de mí misma.
De este territorio que tantas veces reclamé mío.
Me he querido arrancar la piel.
He querido devolver el tiempo.
He anhelado la hondura de pensamiento que se nos escapa a quienes pasamos de “quehacer en quehacer”, cuidando, sin cuidarnos demasiado.
He roto lazos y tejido tribu.
He sentido en el útero el dolor de las madres a quienes esta guerra infame les ha arrebatado sus hij_s. He entendido la fuerza de su grito.
Las he admirado por sostener la dignidad de tod_s mientras habitan el duelo.
Ha sido el tiempo más intenso, ambivalente, casi esquizofrénico de mi vida, decía. Y hoy celebro cada instante. Abrazo las sombras, me reagrupo en el espejo, atesoro las luces.
Hace dos años amo con toda el alma.

Foto de archivo personal de Lorena Aristizábal.
“No creo que se trate de renegar del hecho de ser madres sino de las condiciones en las que somos madres en el patriarcado. El problema de la maternidad no es la maternidad en sí misma sino la instrumentalización que ha hecho el patriarcado de la maternidad. Desde un planteamiento feminista lo que se debe hacer, y cito a Adrianne Rich, es romper con esa “institución” de la maternidad; con esa imposición de lo que debe ser la maternidad, y recuperar la experiencia materna sin idealizarla para poderla vivirla libremente. Hay que dejar claro que sin otro modelo de reproducción social es muy difícil vivir otra maternidad que rompa con el binomio de la maternidad patriarcal y la maternidad neoliberal. [Con ese ideal materno que] oscila entre la madre sacrificada, al servicio de la familia y las criaturas, y la superwoman capaz de llegar a todo compaginando trabajo y crianza”[1].
[1] El País. Diana Oliver. Esther Vivas: “La maternidad debe ser feminista. Hay que rescatar a las madres del patriarcado”. 06.03 de 2019. En: https://elpais.com/elpais/2019/02/28/mamas_papas/1551353871_772692.html

Foto de archivo personal de Lorena Aristizábal.
Porque ha sido desde su lugar de madres que muchas mujeres y feministas en la historia se han dado las luchas por la memoria y la dignidad cuyas banderas hoy retomamos. Lo personal es político y este es un asunto que nos concierne a tod_s, a tod_s.
[1] Les recomiendo mucho consultar las redes y documentos de las organizaciones Asoparupa y Mujeres Bachué.

[1] Íbid.
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